miércoles, 19 de agosto de 2009

EL PARO TAMBIEN ES POSITIVO

Como todo en esta vida, el paro también tiene su parte positiva. Me explico, puede ser un fiel colaborador en el camino de llegar a la Igualdad de Género.
El paro, tal como se está produciendo actualmente, condena en un alto número a los hombres, lo cual obviamente produce que con mayor asiduidad sea el hombre el que deba quedarse en el hogar familiar, siendo la mujer la que trabaja y consecuentemente lleva la carga económica de la familia.
Este extremo, lleva al punto de que sea el hombre el que habitualmente se dedique a las labores domésticas, haciendo la colada, barriendo la casa, haciendo las camas, yendo a hacer la compra.
La parte positiva de todo ello, es que por mor del paro, se produce una aproximación a la Igualdad de Género, se invierten los papeles comúnmente designados por la sociedad, dígase por fuerza mayor o por decisión propia.
Esta permuta de las facetas de género rompe con unos estereotipos generalmente aceptados y perpetuados durante largo tiempo. Ello es en todo punto positivo, ya que tanto hombre como mujer se aproximan al punto ideal de la Igualdad de Género.En pocas palabras el paro es un buen aliado de la Igualdad de Género.

jueves, 6 de agosto de 2009

EL DESENCUENTRO PARENTAL

EL DESENCUENTRO PARENTAL

La actual sociedad, nos obliga a mantener un distanciamiento entre las generaciones, los padres con los hijos no dialogan, no se comprenden, mantienen unas barreras ideológicas.
Tanto hijos como padres, no se cuentan las realidades de sus vidas, se guardan secretos que no son expresables entre ellos.
Los padres porque entienden que dada la diferencia de edad, no pueden ser comprendidos por los hijos, entienden que hay una franja generacional que los separa.
Los hijos, al considerar que los padres han quedado desfasados, están en una etapa anterior, difícilmente pueden entender los que ellos piensan y porque actúan de esta manera.
Los padres, intentan aproximarse a los hijos, bajan su nivel de entendimiento, en un intento de ponerse a su altura, normalmente no lo logran, por lo que su intento es baldío.
Un dato significativo es que tanto padres como hijos, mantienen en el más absoluto anonimato acontecimientos de sus vidas, claro ejemplo es el de la sexualidad.
A ningún padre se le pasa por la cabeza, contarles a sus hijos cualquier tema o momento relacionado con el acto sexual, es un mundo íntimo y oscuro, que no puede transcender.
Es un tema tabú, que nunca ha existido y que por ello se sobreentiende, que nunca se hará público, queda en lo no ocurrido, se sabe, pero no se cuenta ni se pide ninguna información sobre el mismo.
En cuanto a los hijos, ocurre un caso similar, los padres saben que realizan el acto sexual, con el sexo contrario o con el mismo sexo, pero en ningún momento pasa por sus cabezas contar nada de lo acontecido, ni tan siquiera hacer cualquier referencia.
Son como pompas de jabón, se la ve, se las observa, pero no se las toca.
Nos encontramos dentro de una sociedad que nos obliga a mantener unos encasillamientos fuera de lugar, deben respetarse las actuaciones de ambas partes, sin que exista la opción de inmiscuirse, pero al mismo tiempo nos indican la necesidad de que haya un contacto fluido de padres e hijos. Totalmente contradictorio este planteamiento.
Los hijos deben ser autodidactas en temas en los que precisamente necesitan de la ayuda y asesoramiento de los padres, se les obliga a tener que tomar unas iniciativas, nuevas pero desconocidas, sin ninguna información sobre las mismas, tan sólo en escasos casos, de algún amigo, conocido, que ya haya tenido que pasar por estos acontecimientos.
Es urgente la ruptura de estas barreras generacionales, ya que los padres cuentan con una experiencia inapreciable y el bagaje acumulado por los años vividos.
Los hijos por su parte, deben efectuar una apertura de sus mentes para asimilar todos estos conocimientos que poseen los padres, no para aceptarlos como buenos y ejecutables, sino para tomarlos como referencia.
La comunicación por ambas partes debe ser del todo fluido, exenta de cualquier traba y con toda la confianza posible, al mismo tiempo debe haber un total respeto y confianza.
Los hijos deben pedir a los padres que les contesten a todas aquellas cuestiones que puedan no tener claras o desconocer, partiendo de la base de que los mismos no pueden contestarlas todas, puesto que como todo ser humano, no tienen todas las respuestas, ni conocimientos.
Los padres por su parte, deben ser lo suficientemente explícitos para transmitir sus conocimientos de una forma sencilla y de fácil comprensión, sin palabras rebuscadas y sin omisiones que induzcan a confusiones o distorsiones.
Debe primar la sinceridad y confianza, rompiendo cualquier tabú y desmitificando los mitos sexuales, el lenguaje debe ser claro y conciso, ausente de alusiones a fracasos o vivencias negativas.